CREO QUE LA MAGIA EXISTE Y NOS DA UN RESPIRO DE LA REALIDAD

Bienvenidos a mi otro mundo,




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sábado, 1 de febrero de 2014

       
Les  comparto el primer cuento que le escribí  a mi abuela cuando tenia 11 años, a  ella que me introdujo al mundo de la magia.                     

                        

                      Un cuento de hadas

      

     Hubo una vez una niña llamada Lucía, que tenia un secreto guardado. El secreto era un deseo y ese deseo era conocer a las hadas.Su abuela le contaba mucho de ellas y a Lucía se le hacía padrísimo y las quería conocer. Un día la niña le dijo a su mamá que si podía ir de vacaciones a un lugar cerca del bosque, pero su mamá le dijo que no porque ya había planes de ir al mar. Lucía le suplicó a su mamá durante días y semanas hasta convencerla. Cuando su mamá por fin le dijo que sí, la niña se puso tan feliz que lo primero que hizo fue hablarle por teléfono a su abuela, a quien de cariño le decía Pita, y le contó que iba a ir de vacaciones a un lugar cerquita  del bosque. Su abuela le dijo que debía tener mucha fe para que las hadas del bosque se dejaran ver y además, nunca revelar el secreto. Lucía, entusiasmada, le recordó a la abuela que si no fuera por ella, no tuviera fe en las hadas.


      Una semana después salió de vacaciones con su familia y acamparon en el bosque. Ayudó a sus papás a levantar la tienda de campaña. Al llegar la noche se puso a buscar hadas... buscó, buscó, y buscó, pero un poco decepcionada no encontró nada. Su mamá le dijo que se fuera a dormir y así lo hizo. Cuando ya estaba bien dormida, la despertaron unos como mosquitos y al abrir bien los ojos se dio cuenta que no eran mosquitos; eran hadas.



Lucía se puso muy feliz y les empezó a contar cómo anhelaban el día de poder conocerlas.
 Las hadas, a su vez le dijeron que era una niña privilegiada y cuando cumpliera los 12 años y no dejaba de creer en ellas podría convertirse en una hada también.
Después, las hadas la invitaron a su ciudad; Hadilandia, Lucía con el corazón lleno de alegría aceptó. Cuando iban en camino, la niña les pidió que si podía quedarse un tiempo en la ciudad para conocerla mejor. A las hadas les gusto la idea y así Lucía pudo llegar a la ciudad y se sorprendió, pues Hadilandia estaba llena de hadas, gnomos, duendecitos. Ahí se divirtió mucho: se subió a muchos juegos mágicos. Uno de los más padres era en el cual podía volar y Lucía se subió varias veces para ver la ciudad desde el cielo.

Cuando iban de vuelta con sus padres a la tienda de campaña, las hadas le dijeron que ella venia de una familia de hadas y que cuando estuviera más grande podría llegar a ser un hada. También le revelaron que ella tenía un zapato especial y que al ponérselo, conducía a la ciudad de las hadas y de esa forma podía visitarlas todos las noches. Así fue, durante dos años, Lucía iba a visitar a sus amigas las hadas cada noche.



Día a día ella, la niña conocía cada rincón de Hadilandia y una nueva sorpresa era descubierta. A veces se desesperaba porque el día se convirtiera en noche, por eso sus amigas de la escuela sentían que algo pasaba y además, Lucía ya no iba a sus casas a jugar. Cuando la niña cumplió los 12 años se fue a estudiar con su abuela. Al llegar, su abuela Pita le dijo que le tenia que decir un secreto y la niña le contestó que confiara en ella. Su abuela le contó cómo había visto una hada por primera vez a los 10 años de edad y las hadas le revelaron que al cumplir 12 años y si no dejaba de confiar en ellas se convertiría en una hada. cosa que sucedió y todas las noches tomó forma de hada. Con ternura le dijo la abuela: " Cómo tú no dejaste de confiar en ellas te cumplo ese deseo, Lucía. Aquella noche, una de las hadas que te llevó a la ciudad mágica era yo".

La niña se convirtió en hada. Ahora Lucía y su abuela, todas las noches viajan a Hadilandia. Después de mucho tiempo, Lucía tuvo una hija y le sucedió lo mismo que a ella- Luego a la hija de la hija de Lucía le sucedió lo mismo, y luego a la hija de la hija de Lucía tambien le sucedió lo mismo y así 

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